jueves, 17 de septiembre de 2009

Edulzante noche

La fiesta llena de pensamientos morbosos frente a tantas falditas bonitas que andan brincando al compas de la rítmica que calienta los cuerpos y así mismo ellas muestran mas allá ese pedacito de color blanco que cubre la inocencia de quien carga con ella sus internas sensaciones que podrían llegar en tan bella noche al placer y así expulsar de estallida forma esa fuerza que guardan dentro al terminar la fiesta, cuando ya las luces no los cubran.

Puff! Se acaba la fiesta, cuatro pies juntitos van dirigiéndose a aquellas cuatro paredes que serán testigos de esa noche llena de gritos y caricias salvajes.

Llegan, toda una velada romántica, el cuarto lleno de flores y velones aromáticos que endulzan el ambiente que hacen aquellas notas armónicas de ese bolero que suena, de esas caricias que empiezan a acalorar la noche.

En ese momento no hay sol, no hay playa ni menos un tro de vaina, solo aquellas dos almas y la melodía de una guitarra.

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